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Rest Day | Todos los atletas descansan.
“Konjō”.
La vida no es fácil. Es compleja, o quizá cabe más decir que nosotros los seres humanos la hacemos compleja. Nos gusta la complejidad, nos atrae, nos movemos hacia ella y la gran mayoría hace de la complejidad el eje gravitacional de sus vidas. El más claro ejemplo lo da el Sr, Maeda cuando habla del cielo perfecto — y menciona como si hacemos a la gente escoger entre un cielo gris promedio, plano y perfecto, minimalista y limpio ó un atardecer, lleno de nubes, colores y formas, saturaciones, superposiciones y todo lo que nos despiertan esas escenas — es bastante obvio cual se escogería…
Sin embargo, la simplicidad es la clave para la verdadera felicidad. Y ese término es complejo, es difícil cil de digerir por que la simplicidad es tremendamente compleja. Más aún el poder alcanzarla. Esta adivinanza — o la simbiosis que envuelve a ambos términos — es costoso en energía y tiempo pero tremendamente retributivo para el crecimiento personal y cualquier otra rama a la que quiera mover este conocimiento.
Voy a desarrollar lo anterior para darme a entender; cuando uno simplifica su vida a solamente hacer A cuando A-1 y A-2 cumplen las condiciones favorables, de lo contrario A no sucede. Es una situación clara. Y esto aplica para relaciones personales, proyectos de trabajo, bebidas, comidas, vicios, conversaciones. Ejemplo: A siendo un café, puedo tomármelo si A-1 es un buen café y es A-2 hecho en un método de mi agrado por una persona que sabe lo que hace con las herramientas correctas. De lo contrario, A no sucede.
El nivel de complejidad que lleva ese proceso es de años. De conocerse, de conocer el café, los métodos y más importante que nada, conocer y saber, que quiere uno, espera de esa transacción, está dispuesto a invertir a cambio.
Todo lo anterior quisiera que funcione como un preludio, una prima nota, para konjō. En el ejemplo anterior, poco se trata de A, sus variables o aplicaciones. Se trata de priorizar. Y esto no es algo fácil. Priorizar no es “decidí hacerlo por que ______”. Priorizar tampoco es “es que me puse a pensar y la verdad es que mejor no por que _______”. No, priorizar es determinar cual es el denominador común que siempre da la mayor cantidad de resultados positivos, en los procesos abiertos que afectan la meta final incondicionalmente y sin importar el sacrificio que este signifique.
A todo momento, sin importar que se pierda. Con sus metas como norte. Dejando de lado la opinión de los demás. En cualquier punto, momento, lugar. Es quien usted es a nivel metabólico. Es quien usted se ha programado ser, por que hay algo que usted quiere ser, una versión de su persona, lo que nadie sabe y nadie ve. Usted, en su estado más puro.
Konjō; es una expresión japonesa — como todo lo japonés es un poco complejo de traducir y para un termino tenemos como 100 en español, a este punto me sorprende que en las traducciones no salga “sopa” como uno de los significados. Sin embargo, los más atinados son; fuerza de voluntad; agallas; temperamento; naturaleza; espíritu. Leyendo un poco más sobre ello y contextualizado se entiende que es más una idea de lo visceral as, orgullo y hasta lo vincularía con el orgullo samurai y la idea de que el cielo y el infierno son lugares psicológicos no geográficos.
Nosotros como todo estamos hechos de partes. Dichas partes son distribuidas en el día, en el tiempo, en tareas, en personas. Ir por la vida sin una estrategia para ello, es una locura. Si uno no tiene claro quien es la persona que tiene que beneficiarse de la existencia de uno, segundo, tercero y cuarto a uno — que siempre debe de ser el primero — entonces va a dar tumbos tratando de quedarle bien a una sociedad que olvida a sus muertos unas horas antes de enterrarlos.
El mundo es cruel, y la gente se mastica y deshecha todos los días como lavar las manos después de comer. Priorizar requiere de mucho de lo que le enseña a uno el “konjō“. Por que si bien en este blog [circa 2014] y a lo largo del tiempo que operó el BA, se ha hablado de los buenos hábitos y las cosas que podemos hacer para mejorar nuestras vidas — y la gente tiende a obsesionarse con eso — también hemos hablado de las cosas que hay que dejar de hacer, y pocos se obsesionan con eso.
Konjō es saber que va a doler y aún así hacerlo. Esto lo aprendí de una amiga, a quien vi terminar una relación de mala manera. Ella lo llevó como las grandes, durante años. Me atrevo a decir que ese proceso llevo meses. Y la vi, días tras días — quizás a veces hora tras horas, semana tras semana, meses y ya recientemente año tras año, sanar, tomarse el tiempo, conocerse, aprender quien es ella y que quiere, y — estoy seguro que por momentos dolorosamente — tener estos procesos. Sin embargo, nada que no se alineara con ella y su nueva idea de lo que el amor tenía que ser, no lo aceptaba. Ahora la veo día a día viviendo ese sueño. Eso, es konjō.
Cuando veo a una persona emprender, es un ambiente tan hostil como el de nuestra economía, queriendo cumplir un sueño, creyendo en su visión y dándole forma día a día. Eso, es konjō.
Konjō es lo que nos mueve cuando todo le dice a uno descanse. Es lo que nos lleva a no responder ese mensaje, a no buscar más a quien no lo busca a uno, a no ser un accesorio de una historia en redes sociales, si no el. protagonista. de una conversación constante — dentro de lo que cabe en esta era y época — que ofrece crecimiento, bienestar y alegría, Konjō es atreverse a querer a las personas correctas, a hacer las cosas correctas para esas personas y por las razones correctas.
Konjō es lo que sentimos cuando todo en nuestro ser se alinea por una decisión. Es andar una espalda liviana, los hombros relajados, es no tener que levantar la voz para decir la verdad, es saber que la verdad no es para todos y que el silencio a veces es lo mejor que uno puede ofrecerle a los demás. Konjō trae paz, y la paz es el secreto para la felicidad. Mi madre nos decía cuando crecíamos “donde hay paz está dios” y ahora puedo decir que “donde hay konjō hay paz” y lo demás queda para cada quien…
Lo dejo con esto: Usted es A — siempre lo ha sido —hágase el favor de encotrar su A-1, A-2 y demás, y nunca deje de priorizarse. Una vez que tenga eso determine que es B. Y sí va a ir descubriendo su vida y disfrutando cada día más de ella, no perdiendo el tiempo en el ruido o en algo que no debería de significar su consumo de energía.
Por que en esta vida, las personas son glotones seres que van a buscar de usted absolutamente todos los atajos para la vida que puedan pero nunca van a dudar en echarle la culpa cuando se tiren a un río sin saber nadar.
Les deseo una vida hermosa.
Omakase.