Rest Day | Todos los atletas descansan.
Es lo que usted quiere no lo que los demás dicen que usted quiere.
Escuchar el colegiado de la vida de uno a veces llega a un punto en donde se vuelve más redundancia que nada. Es como llegar a ese momento en que su canción favorita, esa que suena todos los días y que usted juró nunca se iba a cansar — le cansa. Entonces no queda más que escuchar el resto del catálogo, abrirse a las oportunidades, pedir sugerencias o nada más disfrutar del silencio.
Por muchos años uno tiende a escuchar a los demás, mucho más de lo que debería. No es culpa de cada uno de nosotros, esa es la crianza. Nos han criado para preguntarle a los mayores, escuchar sus consejos (opiniones) y tomarlas como un bien absoluto. La razón, lo correcto y lo propio. Ellos saben, uno no. Ellos han vivido, uno apenas empieza. Sabe más el diablo por viejo que por diablo, pero no deja de ser el diablo, y no deja de haber tomado las decisiones para ser o para seguir siendo diablo.
Constantemente, día a día, hay diálogos personales en los cuales uno puede ver deformaciones de lo que uno quiere que sea, y lo que le genera resistencia para conseguirlo.
Hay grandeza que lo espera a uno detrás de momentos de anarquía y rebelión. Momentos en los que uno se tiene que disculpar con su crianza, su credo, su dogma, su barrio, su familia — lo que sea. Pero una vez que uno ve hacia el otro lado, y da ese paso hacia lo que usted sabe que quiere y que debe de hacer para obtenerlo, hay grandes cosas que pueden suceder.
Lo anterior puede interpretarse como algo muy malo. Y si, en ocasiones lo puede ser. Supongo que este texto lo lee una persona que busca su bienestar; y por eso es que lo digo. Lo escribo lo comparto.
La vida, es una cosa magnifica. Tanto que no se repite. Es una. Ella sabe que es tan buena, que no la vamos a tener de nuevo. Sin embargo, la gente la trata como si fuera la serie favorita que pueden poner en loop en su sistema de subscripción. La vida se va, rápido. La vida se va y aunque quedan las memorias, la realidad es que el cerebro falla y esas memorias son reemplazadas por alucinaciones, por momentos seniles. Perdemos capacidades, perdemos habilidades.
En la universidad, yo me hice de una amistad. Una persona hermosa. Escultora, todos los días la veía esculpir su primer piedra enorme con un esmeríl, pico y martillo. Sonriente, con bromas, positiva y no pasaba una interacción sin que ambos soltaramos carcajadas. Un día nada más dejamos de vernos, cada uno siguió con su educación, buscando hacer una vida. Yo no puedo al día de hoy recordar cual fue el último día que la vi o que nos dijimos. Unos años después recibí la llamada de que se había quitado la vida.
Eso es un lujo que no nos podemos dar. Sin embargo, a veces frenamos nuestras vidas, sueños y ambiciones, por ideas, nociones y creencias de otros. Eso es como estar muerto en vida. Aquel dicho de “¿Vivo, o solamente respirando?” me parece propio para la ocasión. Sacudir la vida siempre es bueno, le recuerda que estamos aquí por ella, y que no la vamos a dejar ir fácilmente, y que si quiere irse de nosotros, será literalmente sobre nuestro cadaver…
PD: “Every man is born as many men and dies as a single one.” ~ Martin Heidegger
— JuanCho